Los grupos neopaganos de corte germano y su sentido de la Pascua

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Hay que decir que este neopaganismo usa de oráculos basados en las runas entre otras formas de adivinación, usando también un tipo de magia más maligna aún, como el Seidr, con chamanismo, asistencia de muertos y espíritus, mediante conjuros… La Wicca germana —considerada una de las más activas de las Wicca— celebra un acontecimiento de la mitología de esas tierras, que es la victoria de Tiwaz (o Týr), símbolo del Sol, sobre el lobo Fenrir, que es el símbolo de la muerte y del invierno.

 

 

Se está dando un cierto repunte, aunque minoritario en los números, pero con aparición a veces frecuente en la prensa e Internet, de muchas religiones anteriores al cristianismo que pretenden volver a tener una cierta presencia en la sociedad.

 

Si bien hay matices, y no sólo entre las religiosidades de Europa (neo-paganismo) y las de otros continentes, sobre todo el Sudamericano (neo-indigenismo), las hay también dentro de las corrientes de la Europa precristiana: el neopaganismo, los neodruidas, la Wicca, con sus distintas tradiciones o líneas, y por supuesto las corrientes irlandesas, germanas, escandinavas, islandesas, etc., además de las variantes de la misma Wicca, ya sea Wicca Libre, Wicca sincretista o la Neo-Wicca, entre otras.

 

Sin pretender entrar en disquisiciones podemos decir que lo común en todas ellas es el fuerte rechazo del cristianismo; al que miran con rencor más o menos velado por haber sido esta religión —con la labor de evangelización de sus santos y misioneros— quien puso al descubierto y mantiene a raya su religiosidad naturalista, animista, centrada en creencias y ritos anclados en el culto a la naturaleza, el politeísmo. Creencia sustentada en el temor a las manifestaciones muchas veces caprichosas de dioses a los que hay que aplacar y con los que no se puede mantener una relación filial, sino sólo un intento irracional desde la magia de control, conjuración y dominio de sus acciones.

 

Sólo el cristianismo nos pudo liberar de estas prácticas y creencias, permitiéndonos ser hijos en el Hijo (Gal 4, 4-5; Ef 1, 5; Rom 8, 15). Así, “mientras la teología pagana divinizaba los elementos y las fuerzas del cosmos, la fe cristiana, llevando a cumplimiento la revelación bíblica, contempla a un único Dios, Creador y Señor de todo el universo” (Homilía del Santo Padre Benedicto XVI en la Misa de Epifanía, 6 de enero de 2009).

 

Desde el I Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, la Semana Santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral (alrededor del 21 de marzo). De esta forma el domingo de Pascua suele ocurrir cada año entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

No obstante, como decimos, cierto neopaganismo busca resurgir recuperando celebraciones ancestrales, con cambios y variaciones a su modo, a veces muy inventadas, otras no tanto… Y claro, el neopaganismo de corte germano reclama que en estas fechas de la Pascua preexistían antiguas celebraciones paganas relacionadas con la primavera, la vida, con las sociedades de agricultores antiguos, con la simiente, con los campos que florecen, el dejar el tiempo invernal y entrar en los meses cálidos.

 

Así por ejemplo la fiesta de Tiwaz, el 21 de marzo, (confundida o mezclada en otras Wicca con la fiesta de Ostara) -aunque no es una de las grandes fiestas del paganismo, pero sí la podemos situar dentro de sus cultos celebrativos- a veces es celebrada en la primera luna llena tras el equinocio de primavera, o sea, volvemos al 14-15 de Nisán, fechas pascuales. El neopaganismo de corte germano (que otros denominan Wicca teutónica, odinismo, paganismo nórdico o más correctamente Wicca Norse, o Wiccatru, expresión proveniente de Wicca-Asatru, que tiene un origen etimológico en el romanticismo del siglo XIX-XX), es el que celebra esta fiesta, al basarse en la mitología de los Edda. Hay que decir que este neopaganismo usa de oráculos basados en las runas entre otras formas de adivinación, usando también un tipo de magia más maligna aún, como el Seidr, con chamanismo, asistencia de muertos y espíritus, mediante conjuros.

 

La Wicca germana —considerada una de las más activas de las Wicca— celebra un acontecimiento de la mitología de esas tierras, que es la victoria de Tiwaz (o Týr), símbolo del Sol, sobre el lobo Fenrir, que es el símbolo de la muerte y del invierno. Es fiesta de alegría, de fertilidad, de nupcias, donde la diosa Freya también es una divinidad importante. Animales como el conejo o la gallina (y por lo tanto el huevo) son elementos fundamentales de esta fiesta.

 

Dentro de la mitología, con divergencias según las fuentes, Tiwaz era un dios principal, y era poseedor de uno de los 12 tronos del consejo de dioses. Hijo de Odín y dios del valor en la guerra, cuyo símbolo es la espada. Recordar que, en esta mitología, el lobo Fenrir es hermano de Hel, que mora en los infiernos y los mundos de los muertos, y es también hermano de la serpiente Iörmungandr, que rodea al mundo mordiendo con su boca el final de su cola. Los tres son hijos de Loki, el dios de la mentira, de la astucia y la falsedad.

 

Uno de los relatos dice que al lobo Fenrir nadie osaba acercarse por su fiereza y astucia, sólo el valeroso Tiwaz, pues nada le intimidaba. Será este dios quien acabará encadenando al lobo, no sin antes perder su brazo en el intento. El lobo Fenrir estará encadenado hasta el final de los tiempos en el Ragnarok, momento en que los dioses del mal volverán a enfrentarse con Odín y sus hijos.

 

 

Autor: Vicente Jara
Fuente: RIES